Programa de detección de riesgo de muerte súbita. Es un programa basado en las actuales recomendaciones Americanas y Europeas para la valoración del riesgo de muerte súbita. Consiste en la aplicación de un algoritmo diagnóstico que ayuda a detectar las principales enfermedades que pueden causar una complicación cardiovascular grave durante el desarrollo de la actividad deportiva.

 

Los atletas competitivos tiene predisposición a realizar esfuerzos extenuantes, superando en ocasiones los límites fisiológicos, realizando actividades durante periodos prolongados. Cuando la práctica del deporte se realiza con frecuencia e intensidad elevada se considera que el deportista pasa de recreativo a niveles equivalentes al deportista de competición.

 

Adaptación al esfuerzo. El ejercicio aumentan las necesidades metabólicas. El corazón en reposo bombea 4,5-5 litros/min de sangre. Los atletas entrenados pueden llegar a un bombear 35-40 litros por minuto en un esfuerzo máximo. La principales adaptaciones al esfuerzo son:

 

- Aumento del gasto cardiaco mediante el aumento de la frecuencia y la contractilidad cardiaca y la disminución de las resistencias periféricas (vasodilatación arterial).

 

- Aumento del consumo de oxígeno.

 

- Aumento del retorno venoso.

 

El aumento del gasto cardiaco es proporcionalmente superior a la vasodilatación arterial por lo que se produce un aumento de la presión arterial sistólica con el mantenimiento o incluso disminución de las cifras de tensión diastólicas.

 

Manifestaciones del entrenamiento. Los efectos del entrenamiento se muestran con una disminución de la frecuencia cardiaca en reposo, menor frecuencia cardiaca con el ejercicio submáximo y aumento del tamaño de las cavidades cardiacas e hipertrofia de la pared muscular cardiaca.

 

Deporte como generador de riesgo cardiaco.

 

La descarga de adrenalina en situaciones de aumento de la necesidad de oxígeno y de la actividad simpática puede facilitar mecanismos arritmogénicos e hipertensión arterial.

 

Son de especial riesgo deportes donde existe esfuerzo explosivo, con rápidas aceleraciones y desaceleraciones en corta distancia, entre los que se encuentran el basquetbol, el fútbol y tenis. Las condiciones ambientales extremas asocian alteraciones del volumen sanguíneo, hidroelectrolitos, causando estados de deshidratación que aumentan el riesgo de eventos cardiovasculares fatales. Son situaciones de riesgo temperaturas mayores a 27ºC e inferiores a 0ºC.

 

Los esfuerzos principalmente isométricos o estáticos, como levantar objetos pesados, que precisan de maniobra de Valsalva, aumentan bruscamente el estrés parietal y aumentan el riesgo. Son también de mayor riesgo, al no realizar exhalación al esfuerzo, el tenis o las artes marciales.

 

Deporte y enfermedad cardiovascular. Los pacientes con cardiopatías presentan limitaciones para aumentar el aporte de oxígeno a los tejidos en situaciones de esfuerzo al tener dañados en la mayoría de casos alguno de los mecanismos de adaptación antes enumerados. En ocasiones el corazón es incapaz de aumentar la frecuencia cardiaca, otras se contrae arrítmicamente siendo menos eficaz, en otros casos la contractilidad es insuficiente, las resistencias vasculares son altas o el retorno venoso es deficiente.

 

Es conveniente conocer el estado de salud cardiovascular o el comportamiento individualizado cuando se desea realizar ejercicio físico.

 

Beneficios del deporte en la enfermedad cardiovascular. Se aconseja que los pacientes con problemas cardiacos en general no superen el 70-75% de la frecuencia cardiaca máxima para su edad (0,75* [220-edad]). Sin embargo es más adecuado determinar la intensidad del esfuerzo realizando una esfuerzo medido, es decir, una ergometría o prueba de esfuerzo.

 

La actividad de una intensidad equivalente a 1.400 kcal a la semana ha demostrado mejorar la capacidad cardiorrespiratoria.

 

La actividad de intensidad equivalente a 1.500 kcal/semana ha demostrado detener la progresión de las lesiones ateroscleróticas coronarias.

 

La actividad de intensidad equivalente a 2.000 kcal/semana, unas 5-6 h/semana de ejercicio físico regular, ha demostrado la regresión de las lesiones coronarias.

 

Recomendaciones para la valoración del atleta.

Bases del programa. Realizamos un estudio básico tras el cual decidimos cuales son las pruebas más adecuadas a cada paciente en función de su edad, antecedentes familiares, factores de riesgo cardiovascular actuales y hallazgos en la exploración física y el electrocardiograma. Otras pruebas que pueden ser de ayuda son la ecocardiografía, la monitorización del electrocardiograma durante 24 horas y la prueba de esfuerzo en función de cada paciente.

 

Mediante una prueba de esfuerzo podremos determinar cual es la FC máxima, es decir el consumo de oxígeno máximo estimado que alcanza cada paciente, y realizar recomendaciones individualizadas para el ejercicio físico en base a los hallazgos obtenidos durante la prueba.

¿A quien se dirige este programa? Se dirige a cualquier persona que realize actividad deportiva y pacientes con enfermedades cardiovasculares ya conocidas que deseen iniciar o aumentar la intensidad del ejercicio.

 

La duración del programa puede variar en función de la situación de cada paciente en el momento de iniciar el programa. Si desea más información puede solicitar una visita en el teléfono 971 36 90 80 (Maó) o 971 38 66 48 (Ciutadella) o a través de nuestro formulario de contacto.

info@cardiomenorca.es