Programa de deshabituación del tabaco. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima en más de 13.000 las muertes diarias en el mundo asociadas al consumo de tabaco. Se estima que el tabaco causó casi 5 millones de muertes en el año 2000, un 12% de la mortalidad mundial anual. En 2020 el tabaco podría matar más de 8 millones de personas al año. La media de edad de inicio del consumo de tabaco en España es de 13 años.

 

Un 39,4% de la incidencia de enfermedad coronaria en varones en España es atribuible al tabaco, siendo el segundo factor de riesgo tras el sobrepeso al cual se atribuye el 42,5% de los casos; a el colesterol y la hipertensión se le atribuyen respectivamente el 19,4% y 15,5%.

 

Cada 10 cigarrillos diarios consumidos aumenta un 18% la mortalidad masculina y un 31% la femenina. La mortalidad es hasta 5,5 veces mayor en fumadores intensos frente a no fumadores. La mortalidad aumenta desde el primer cigarrillo; un cigarrillo al día aumenta un 5,5% el riesgo de infarto, y un 5,5% por cada cigarillo fumado. El riesgo aunque disminuye progresivamente sigue siendo mayor a los tres años de abstinencia del tabaco que en los no fumadores.

 

Los fumadores pasivos tiene un 31% más de riesgo de enfermedad cardiovascular. Desde la implantación de las leyes antitabaco se ha reducido un 17% la incidencia de infarto en no fumadores.

 

La mortalidad después de un infarto de miocardio en pacientes que siguen fumando puede llegar a ser del 47% a los 5 años. El abandono del tabaco después de un episodio coronario, angina o infarto, reduce la mortalidad un 38%. Abandonar el tabaco después de un infarto reduce el 77% la mortalidad y un 44% el número de reingresos por problemas cardiacos. Estos efectos favorables se han demostrado tan temprano como a partir del primer mes después del alta hospitalaria.

 

Fumar provoca cáncer a nivel de múltiples órganos del cuerpo y enfermedades respiratorias y cardiacas que causan la muerte, y de camino una pérdida progresiva de la calidad de vida. En la mayoría de los casos los fumadores presentan un deterioro progresivo de la salud que durante años les causa múltiples enfermedades que motivan ingresos hospitalarios, múltiples recaídas con sus correspondientes consultas al médico de cabecera, especialistas y a los servicios de urgencias. Se convierten en dependientes del sistema sanitario y de la familia, causando un gran coste al Sistema Nacional de Salud y una carga para los familiares. Pese a todo, muchos continuan fumando.

 

La nicotina es una droga de acción rápida con un gran poder adictivo causando una fuerte dependencia psíquica y física.

 

Actualmente entre la población activa fuman un 51% de varones y un 32% de mujeres.

 

Bases del abandono del hábito tabáquico.

Tratamiento psicológico. El primero paso para dejar de fumar es querer dejar de fumar. Una vez se ha llegado a este punto se pueden iniciar medidas de refuerzo psicológico que consisten de forma básica en:

 

- Fijar una fecha para dejar de fumar.

 

- Conocer los momentos en los que se consumo más tabaco mediante un diario que nos permita posteriormente evitar o atajar estas situaciones.

 

- Frecuentar ambientes libres de humos y buscar el apoyo de la familia y los amigos.

 

- En caso de recaída analizar las causas y aplicar medidas para evitar que se repita.

 

Tratamiento farmacológico. los medicamentos nos pueden ayudar a paliar los síntomas del síndrome de abstinencia.

 

Actualmente la Sociedad Española de Cardiología recomienda la Vareniclina como fármaco de soporte para el abandono del tabaco. El fármaco ha estado  bajo sospecha los últimos 6 meses tras un estudio que sugería que aumentaba el riesgo cardiovascular.

 

Un meta-análisis publicado en 2012 en el British Medical Journal reanaliza el riesgo agrupando 22 estudios randomizados con un total de 9200 participantes. El nuevo estudio encuentra una tasa de eventos cardiovasculares de 0,63% con vareniclina y 0,47% con placebo. Los autores critican el estudio previo donde sugieren que literalmente se inflaba el riesgo de eventos cardiovasculares que consideran insignificante.

¿A quien se dirige este programa? Se dirige a personas que deseen dejar de fumar y pacientes con enfermedades cardiovasculares ya conocidas que deseen dejar de fumar.

 

La duración del programa puede variar en función de la situación de cada paciente en el momento de iniciar el programa. Si desea más información puede solicitar una visita en el teléfono 971 36 90 80 (Maó) o 971 38 66 48 (Ciutadella) o a través de nuestro formulario de contacto.

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