La sal. La sal de mar no yodada se compone de cloruro sódico casi puro, no aportando por lo tanto otros nutrientes. Cerca de un 10% de la sal que consumimos procede de los alimentos y un 75% se agrega al elaborarlos. Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir un máximo de seis gramos de sal al día a los adultos, cuatro a cinco gramos en los menores de 10 años, y en menores de siete años tres o cuatro gramos, la mayoría de pesonas consumen diez o doce gramos.

 

Consumo adecuado de sal. La sal es empleada por el organismo para mantener el buen funcionamiento del medio interno y participa en numerosas reacciones químicas y procesos dentro del cuerpo. Un consumo adecuado de sal es aquel que permite al cuerpo mantener estos procesos sin causar una retención excesiva de agua. Un consumo excesivamente bajo de sal, sobre todo en situaciones de grandes pérdidas por sudoración, como el ejercicio, puede causar cansancio o calambres musculares.

Riesgos del consumo excesivo de sal. El consumo excesivo de sal causa una retención de líquido inadecuada. El principal riesgo asociado al consumo excesivo de sal es la hipertensión arterial. Esta enfermedad discurre de forma silenciosa y lesiona su corazón, cerebro, ojos, arterias y riñones, además de causar impotencia sexual en el caso de los hombres. Cuando ha causado daño en estos órganos el riesgo de que usted presente una complicación cardiovascular aumenta de forma alarmante. Si además usted padece de sobrepeso o obesidad, es diabético, tiene un colesterol alto o es mayor de 65 años, se encuentra usted en una situación de riesgo de infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca, embolia cerebral, pérdida de visión, impotencia o fallo renal, entre otras complicaciones.

Como evitar un consumo inadecuado de sal. Aunque muchas veces lo desconocemos, muchos de los alimentos que consumimos diariamente contienen cantidades excesivas de sal. Es evidente por su sabor francamente salado el alto contenido en sal de las patatas fritas, de las aceitunas, los pepinillos y otros alimentos claramente salados y cuyo consumo debemos de restringir a una ingesta ocasional. A continuación listamos algunos consejos básicos:

 

Comer alimentos frescos, pues contienen menos sodio.

 

Empezar a utilizar o utilizar con mayor frecuencia la cocción al vapor.

 

Consumo ocasional de alimentos salados, principalmente elaborados, como las patatas fritas, la sopa de sobre, pepinillos, aceitunas y salsas (de tomate, para ensaladas, etc...). Las anchoas en conserva, el jamón curado, las salchica y otros embutidos son los de mayor contenido en sal. Pero no se quedan atrás salsas de uso habitual, como el ketchup y los quesos curados y en lonchas. Los alimentos como los cereales de desayuno y el jamón cocido, muchas veces considerados saludables pueden tener un contenido alto en sal. Por este motivo recomendamos comprobar el etiquetado de los alimentos.

 

Evitar condimentar la comida con sal, empleando en su lugar, especias, limón, ajo o cebolla.

 

Sustituir aceites sin sabor por otros con más sabor, como el aceite de oliva.

 

Cocinar sin sal o con menos sal de la empleada habitualmente para una receta. Es preferible utilizar sal marina pues a la boca, debido a la forma de sus cristales, le parece más salada y tiende a consumirse menos.

 

Alejar el salero de la mesa.

 

Evitar alimentos enlatados o precocinados, y en caso de utilizar alguno intentar que sea de etiquetado bajo en sal y escurrirlo adecuadamente antes de consumirlo. El 75% de la sal que consumimos procede de alimentos procesados, por lo que limitar su consumo puede ser una medida determinante.

 

En caso de comer fuera de casa con frecuencia, solicitar que no salen la comida.

 

Intentar que toda la familia se acostumbre a comer de forma más saludable.

 

Contenido en sal de los alimentos. En la Unión Europea existe un reglamento para el etiquetado de los alimentos en lo que respecta a su contenido en sal. No hay aún obligación legal de informar de la cantidad de sodio que contiene un producto, excepto si este se anuncia como bajo en sal.

 

Alto contenido en sodio/sal: más de 0,5 gramos de sodio por cada 100 g, lo que equivale a un 1,3% de sal.

 

Bajo contenido en sodio/sal: menos de 0,12 gramos de sodio por 100 g o 100 ml.

 

Muy bajo contenido en sal: menos de 0,04 gramos de sodio por 100 g o 100 ml.

 

Sin sodio o sin sal: menos de 0,005 g de sodio por cada 100 g de alimento.

 

 


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