OLA DE CALOR

 

La Organización Mundial de la Salud define ola de calor como un calentamiento del aire en un periodo caracterizado por temperatura anormalmente altas o con una invasión de aire muy caliente.

 

El Centro Nacional de Epidemiología pone en marcha en España normalmente desde Junio hasta Septiembre protocolos de actuación dirigidos a coordinar la actividad de los servicios de urgencias y emergencias.

 

El Ministerio de Sanidad establece, en base a la previsión a 5 días, unos índices diarios en base a los días que prevén que se superarán las temperaturas máximas y mínimas. Según los índices se establecen niveles de alerta:

 

Nivel I - Alerta verde - Ausencia de riesgo - índice 0. No se espera superar en los próximos 5 días los niveles máximos y mínimos.

 

Nivel II - Alerta amarilla - Bajo riesgo - índice 1 o 2. Se espera un aumento de los niveles durante los próximos 1-2 días.

 

Nivel III - Alerta Naranja - Riesgo intermedio - índice 3 o 4. Se espera un aumento de los niveles durante los próximos 3-4 días.

 

Nivel IV - Alerta roja - Riesgo alto - índice 5. Se espera aumento de los niveles durante los próximos 5 días.

GOLPE DE CALOR

 

El golpe de calor se produce cuando el cuerpo no puede regular la temperatura corporal. Clínicamente se caracteriza por enrojecimiento de la piel, caliente y seca, pulso rápido y fuerte, cefalea, mareo, náuseas, confusión y pérdida del conocimiento.

 

Las complicaciones del golpe de calor son: rabdomiolisis, insuficiencia renal aguda, insuficiencia hepática, alteraciones cerebelosas, coagulación intravascular diseminada y trastornos del metabolismo ácido-básico.

 

Es un cuadro clínico grave con una letalidad alta. A menudo se precede por un cuadro conocido por agotamiento por calor: sudoración copiosa, palidez, calambres, cansancio, debilidad, mareo, cefalea, náuseas y desmayo.

 

Son motivos de notificación de casos de golpe de calor:

 

- Temperatura medida en cualquier parte del cuerpo ≥ 41,1ºC.

- Temperatura ≥ 40,6 ºC acompañado de alteración del estado mental o anhidrosis.

- Personas que fallecen con temperatura corporal ≥ 41,1ºC.

 

GRUPOS DE RIESGO

 

- Personas de edad avanzada.

- Lactantes y menores de 4 años.

- Enfermos cardiacos, respiratorios y mentales, respectivamente.

- Esclerodermia.

- Obesidad.

- Fármacos: neurolépticos, antidepresivos triclíclicos, anticolinérgicos, diuréticos, sedantes, antiparkinsonianos, antihistamínicos, antiespásmódicos.

- Alcohol.

- Hipertiroidismo.

- Antecedente de golpe de calo previo.


SITUACIONES DE RIESGO

 

- Ausencia de climatización.

- Exposición excesiva al sol por motivos laborales.

- Práctica de deportes de gran intensidad física.

- Ambiente muy urbano.

- Temperaturas altas nocturnas.


RECOMENDACIONES PARA EL VERANO

 

La Fundación Española del Corazón realiza 10 recomendaciones básicas muy útiles:

 

1. Desayuno mediterráneo.

 

2. Paseo matutino por la playa. El calor no puede servir como excusa para dejar de hacer ejercicio, tan sólo hay que reajustar los horarios y protegerse del sol. La FEC recomienda que durante los días de calor se haga ejercicio a primera hora de la mañana.

 

3. Beber más de dos litros a día. A lo largo de todo el día es importante acordarse de la hidratación, sobre todo en el caso de personas mayores, que muchas veces no tienen sensación de sed, pero que igualmente pierden líquidos al sudar más de lo normal debido al calor. Aunque depende de cada organismo, de media se deben ingerir entre dos y dos litros y medios diarios para mantener el equilibrio hídrico. En el caso de los enfermos con insuficiencia cardíaca, se recomienda que acudan al especialista para recibir asesoramiento sobre cómo deben hidratarse sin perjudicar su salud. El agua y los zumos naturales son las bebidas por excelencia para el verano, pero no hay que abusar de los que son ricos en azúcares.

 

4. Bañarse en el mar, vigilando las olas y la temperatura. Nadar es un ejercicio cardiosaludable, aunque los enfermos del corazón tienen que respetar algunas normas como no nadar en lugares de fuerte oleaje que requieran un esfuerzo físico extra, preferiblemente acompañado y en zonas de poca profundidad. Cuando se padece del corazón es más recomendable nadar a braza, espalda o estilo libre que a mariposa. Otro aspecto a tener muy en cuenta es la temperatura del agua. Los cardiólogos desaconsejan bañarse en aguas por debajo de los 25º C, ya que el frío puede ser un desencadenante de arritmias o estrechar las arterias coronarias y producir una angina de pecho.

 

5. Al aire libre, pescado de temporada. El bonito, como pescado azul que es, ayuda a reducir el colesterol, ya que es una gran fuente de omega 3. Los pescados en conserva o salazón tienen un alto contenido en sodio, pero existen otros pescados ideales para las parrillas como los boquerones o las anchoas, siempre frescos.

 

6. Infusiones en vez de café. En la dieta habitual de un enfermo del corazón, el café no es muy recomendable, por ello muchos pacientes lo sustituyen, por ejemplo, por el té verde, muy rico en antioxidantes. Aún así, es preferible decantarse por infusiones sin teína, pues ésta puede elevar la tensión arterial. El hielo puede convertirse en nuestro gran aliado.

 

7. Tiempo para la siesta. En verano, dormir la siesta es una actividad que ayuda a combatir las horas del día de más calor, en las que es aconsejable no exponerse al sol, ni realizar actividades físicas. Si hacemos en la playa, siempre bajo la sombrilla.

 

8. Por la tarde, un baño de sol. El sol es responsable de las reservas de vitamina D de nuestro organismo. Hay que hacerlo con mucha precaución, utilizando cremas de protección solar y evitando exponerse al sol desde el mediodía hasta las seis de la tarde. Los expertos aseguran que con una exposición de tan sólo cinco o diez minutos es suficiente para ayudar a metabolizar la tan necesaria vitamina D.

 

9. Terrazas sin alcohol. No hay que confundir hidratación con el abuso de bebidas alcohólicas. La cerveza, por ejemplo, tiene un efecto diurético, por lo que, lejos de lo que muchos piensan, no es la mejor aliada en verano. Los enfermos del corazón tienen que evitar especialmente este tipo de bebidas; sí pueden tomar una copita de vino tinto siempre que su médico se lo permita.

 

10. Verduras para cenar


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