El ácido úrico es el resultado de la degradación de las purinas, es decir del metabolismo de las proteínas. Las proteínas forman parte de la estructura de nuestro organismo y realizan numerosas funciones, por ejemplo, forman parte nuestras defensas; las inmunoglobulinas producidas por los glóbulos blancos son proteínas.

 

Los niveles de ácido úrico varían según la edad, sexo, talla, peso, actividad física, alimentación, temperatura, ingesta de alcohol, temperatura ambiental y en determinadas enfermedades donde se producen y destruyen grandes cantidades de proteínas o existe una eliminación deficiente del ácido úrico.

 

El límite de solubilidad del ácido úrico es de 7 mg/dl en varones y 6 mg/dl en mujeres. Cuando supera estos límites en suero, se denomina hiperuricemia. En situación de hiperuricemia se saturan los líquidos extracelulares y tiende a depositarse en forma de cristales de urato en las articulaciones y otros tejidos.

 

El exceso de ácido úrico puede ser asintomático (hiperuricemia asintomática), causar problemas renales (nefropatía, cálculos renales), depósito de cristales de ácido úrico en las articulaciones (tofos) y gota.

 

Hiperuricemia asintomática, es un periodo donde existen niveles altos de ácido úrico y no existen tofos, ni artritis ni cálculos. Esta fase termina con el primera ataque de gota o de nefrolitiasis (cólico nefrítico). En la mayoría de casos la gota aparece antes que los cálculos, tras 20-30 años de hiperuricemia sostenida.

 

Nefropatía, el 90% de pacientes con artritis gotosa tienen disfunción renal y en el 20-40% de pacientes con gota existe albuminuria (pérdida de proteínas por orina secundaria a daño en el riñón).

 

Nefropatía aguda por ácido úrico, es un fallo de la función renal secundaria a la obstrucción de los riñones por ácido úrico.

 

Nefropatía gotosa, la presencia de cristales de ácido úrico en los riñones causa fibrosis del riñón y esta puede empeorar la hipertensión.

 

Nefrolitiasis, se denomina así a la formación de cálculos de ácido úrico en las vías urinarias. En situaciones de niveles de ácido úrico mayor de 13 mg/dl en suero existe más de un 50% de nefrolitiasis.

 

Gota, es la consecuencia del depósito de cristales de ácido úrico en las articulaciones. Niveles altos de ácido úrico, el alcohol, los diuréticos, y determinados fármacos favorecen su aparición. La primera manifestación es una artritis muy dolorosa en una sola articulación normalmente y que puede acompañarse de malestar general y escalofríos. En el 50% se inicia en la articulación del dedo gordo del pie y se denomina "ataque de podagra", siendo doloroso al roce de las sábanas. Otros lugares de inicio son: el empeine, tobillos, talones, rodillas, dedos de manos y codos. El tratamiento son antiinflamatorios o glucocorticoides y colchicina. Posteriormente cuando el ataque remite se inicia el alopurinol un fármaco que impide la formación de ácido úrico.

 

Los tofos son acúmulos de ácido úrico rodeados de células de defensa del organismo. Tienen gran capacidad erosiva, deteriorando las articulaciones afectadas. Son típicos en las manos, tendón de Aquiles, codo, cartílago de las orejas. Pueden producirse úlceras sobre los mismos.

 

Para evitar la hiperuricemia debemos seguir las siguientes recomendaciones de la Sociedad Americana de Reumatología publicadas en Octubre del 2012:

 

Mantener un peso adecuado, evitar la obesidad.

 

Evitar consumir alimentos con excesivas cantidades de purinas como por ejemplo: hígado y riñones, ternera, cordero, cerdo, pescado y marisco.

 

Aumente el consumo de leche desnatada y vegetales.

 

Evitar el alcohol en exceso, y totalmente durante una crisis gotosa. Especialmente la cerveza.

 

Abandone el tabaco.

 

Realizar actividad física.

 

Hidrátese adecuadamente.

 

Controlar la tensión arterial, la diabetes y la hipercolesterolemia.

 

Evitar o reducir el consumo de fármacos que aumentan los niveles de ácido úrico.

 

 

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